Managua – El mundo se enfrenta a un aumento exponencial del hambre debido a la crisis climática si no se toman con urgencia las acciones globales que ayuden a las comunidades a adaptarse a los choques y tensiones climáticas, advirtió el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés) en ocasión del Día Mundial de la Alimentación.
“La crisis climática tiene el potencial de abrumar a la humanidad. El mundo no está preparado para un aumento sin precedentes del hambre que veremos si no invertimos en programas que ayuden a las comunidades vulnerables a adaptarse y hacerse resilientes a nuestro clima cambiante”, dijo el Director Ejecutivo del WFP, David Beasley. «La crisis climática está alimentando una crisis alimentaria».
Las comunidades vulnerables, una gran mayoría de las cuales dependen de la agricultura, la pesca y la ganadería, son las que menos contribuyen a la crisis climática, pero se llevan la peor parte de los choques climáticos porque además tienen recursos limitados para mitigar sus impactos.
En Nicaragua, los agricultores están notando cada día más cómo las perturbaciones del clima afectan su trabajo productivo. En el corredor seco, la sequía continúa causando un fuerte impacto sobre la producción de alimentos y en otras zonas del país se producen períodos de escasez de lluvia alternándose con inundaciones provocadas por lluvias intensas, como las ocasionadas por los dos huracanes que golpearon el Caribe y la zona central en noviembre de 2020.
Sobre la base del tema de este año para el Día Mundial de la Alimentación, «Nuestras acciones son nuestro futuro. Mejor producción, mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor», WFP pide a los líderes mundiales que reconozcan el estrecho vínculo que hay entre el hambre y la crisis climática y les insta a redoblar sus esfuerzos para abordar el clima cambiante a medida que se acerca la 26ª Conferencia de las Partes (COP26).
En Nicaragua, WFP acompaña los esfuerzos nacionales para impulsar estrategias de adaptación al cambio climático con pequeños productores y productoras de 26 cooperativas y asociaciones a fin de fortalecer sus capacidades para anticipar los riesgos y restaurar ecosistemas degradados para crear escudos naturales de protección ante los problemas que ocasiona la variabilidad del clima.
También se desarrollan programas de protección social para las personas más vulnerables, incluyendo seguros agrícolas que cubren las pérdidas de cultivos ocasionadas por el clima, plagas y enfermedades.
“Nos juntamos a los esfuerzos nacionales y trabajamos para la protección del medio ambiente y la creación de resiliencia entre las personas más vulnerables, dando un papel relevante en estas acciones a las mujeres. También apoyamos la implementación de prácticas agrícolas amigables con la naturaleza, la conservación de suelos y aguas y la reforestación”, dijo la Representante de WFP en Nicaragua, Giorgia Testolín.